Quienes leáis esto, seguro que habréis visto y disfrutado
con las pompas de jabón. Tienen magia, muchos colores y entretienen un montón.
Seguro que también habéis visto burbujas, sin ir más lejos, en las bebidas
gaseosas. Y también conocéis lo que los economistas llaman burbuja.
Y quizá os preguntéis ¿a qué viene esto?
La respuesta es muy sencilla: estamos rodeados de pompas de
jabón y burbujeo constante.
¿A qué me refiero? Pues a esa proliferación de personas que
se suman a iniciativas, para sacar beneficio de una tendencia o innovación; ahí
van unos ejemplos de burbujas: en su época, los modelos por competencias, que
empezaron en Boston, y de la mano de Hay Group, se expandieron (o quizá
impusieron) en todo el mundo, y generaron pingües beneficios. A su sombra
proliferaron empresas y profesionales expertos en competencias, hasta el día de
hoy que ese paradigma ya está más que obsoleto.
Otro ejemplo que aún perdura,
el fenómeno del Coaching, no hay más que echar un vistazo por las redes. Tocamos
a más coach por cabeza que médicos. Y cuidado, porque, en ambos casos, te deseo
que tengas suerte al elegir en quien depositas tu confianza.
Ocurre en todos los campos y sectores, aunque quizá los más
vulnerables sean los que se refieren a las personas. Y ahí es donde debemos tener extremada
prudencia. Estamos hablando de personas, como tú y como yo.
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Foto: Alejandro Álvarez - Unsplash |
Por eso, cuando veo una ingente cantidad de profesionales
que se dedican a la “Marca Personal” y además se autoproclaman “expertos” me da
pavor pensar en las personas que depositan su confianza en ellos. Confianza
para que les ayuden con sus consejos (pagados, claro está) a posicionarse como
marca, para encontrar un trabajo. Poca broma.
Tengo claro que la Marca Personal es un gran activo en tu
carrera profesional, y también tengo claro que sólo pocas personas que la han
trabajado desde cero, son en quienes confiaría la mía. El resto son burbujas
(no llegan ni a la categoría de pompas de jabón)
Y ahora asisto a ver anuncios de empresas que buscan “speakers”
Tal cual, y sin despeinarse.
Hay una ingente cantidad de “summits”, congresos, reuniones
y eventos, y, claro, deben llenarse de conferenciantes, ponentes, o “speakers”
(que queda más “cool”)
Y asistir a un congreso y escuchar a personas expertas que
además tienen grandes dotes comunicativas, no tiene precio. Lo sé porque he
asistido a varios en los que, por suerte, los temas que se trataban eran de mi
interés, porque de otro modo me hubiera ido de la sala. Hay ponentes que no son
sólo aburridos, son soporíferos.
Y por otra parte hay conferenciantes cuyas habilidades
comunicativas son extraordinarias. ¿Y dónde está entonces la piedra del zapato? Pues en
que muchas de estas personas se contratan más por esas habilidades que por sus
aportaciones como expertos en alguna materia. ¿Acaso no habéis visto a la misma
persona en distintas conferencias hablando de “lo que se les pida”? Eso sí,
tienen “tirón” y llenan auditorios.
En definitiva, si asistes a una de esas
conferencias, lo pasarás bien, seguro. Son pompas de jabón, tienen magia y
colores, pero al contacto con algo sólido, se desvanecen.
Me gusta asistir a eventos y congresos. Me gusta estar al
día “de lo que se cuece”, de lo que hacen algunas personas por el mundo y que
quizá no llegan a mis RRSS; incluso si lo conozco, me interesa poder intercambiar
ideas y opiniones. Tengo muy claro quiénes son las personas que me interesan,
por su trayectoria, por su saber hacer contrastado (casos de éxito se llaman)
por sus ideas innovadoras e incluso transgresoras. Y si además comunican espléndidamente,
mucho mejor, la verdad.
Otra cosa es asistir a esa burbuja actual de conferenciantes,
y digo burbuja porque ya hay empresas organizadoras de eventos cuya única misión es
buscar “speakers”, y eso no puede acabar bien.
Viendo que no importa el tema ni la época (en cuatro
párrafos he relatado casi 30 años en RRHH) sólo nos queda mantener nuestro
norte.
Ese sentido común que nos indica, “esto sí, esto no”
Ese criterio que
nos lleva a decidir “qué puedo hacer yo con esto que escucho para transformar
la empresa, la organización o la sociedad en la que vivo”
O simplemente esa
decisión de “voy a pasar un buen rato”
Siempre hay unas pocas personas que toman iniciativas y
abren caminos; y siempre habrá quienes al amparo de la tendencia, intenten
aparecer como expertas y aleccionadoras.
Diferenciar lo uno de lo otro es tu gran tarea para saber cuándo
estás frente a burbujas, pompas de jabón.
Porque al día siguiente, tu reto está
en tu empresa, en tu gente, en tu escuela, y entonces ya no habrá ni burbujas
ni pompas de jabón.
Se habrán evaporado.